Sonetos Vallenatos
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El reto de José Atuesta
Adolfo Ariza Navarro*
Este libro que comienza como una advertencia al silencio y un tremendo homenaje a la palabra, es un mosaico de realidades. Me gusta la poesía. Me encantan los libros de poemas, y no porque yo mismo me haya atrevido en el campo de los poetas, sino porque la vida, aún en las peores condiciones es poema y desafia a los poetas. Le muestra sus imperfecciones, le enseña sus garras y ellos, atrevidos guerreros, o pobres huérfanos, tienen que atenerse a su escudo de palabras. Sé que para José Atuesta este libro significa un reto a su oficio como poeta. De hecho hay que entenderlo así. No es fácil arar en las tierras del soneto, una trampa hecha a la siciliana para cazar felinos de alto voltaje. Ha tenido grandes cultivadores este tremendo desafío al que muchos poetas le hacemos el quite para no arriesgar la piel en lo que a veces por pereza y otras por incapacidad tildamos como una enorme camisa de fuerza. Garcilaso De La Vega, dar Sor Juana Inés de la Cruz, Cervantes, Borges, Neruda, por algunos nombres. Atuesta no se arredra, arriesga su quilla al viento en una actitud propia de los grandes pájaros.
Decía que me encantan los libros así, hechos a la manera imprevista en que se nos presenta la vida, como un mosaico de sorpresas que el lector puede enfrentar de la forma que mejor le convenga. No hay que estar pendiente del hilo de Ariadna aunque navegues el mismo laberinto.
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